Semana larga, muy larga, la que a buen seguro se vivirá en el Martínez Valero.
Seguramente, la más difícil que deberá afrontar José Bordalás desde que
se hiciese cargo del conjunto de las palmeras, hace ya dos temporadas y
media.
Nuestro actual técnico, atraviesa por primera vez, problemas serios al
frente de su puesto, quedando ya en el olvido, antiguos éxitos
deportivos actuales (la temporada anterior, a un gol de Primera), y
méritos de longevidad (uno de los técnicos con más partidos al frente de
la entidad).
Demostrándose una vez más, que el fútbol carece de memoria, y que vive del presente, del día a día.
Parece que en esta ocasión sí, Bordalás afrontará su primer ultimátum o
"match ball" serio en el banquillo ilicitano el próximo partido (sábado a
las 18 h. en la Ciudad Deportiva villarrealense ante el filial
amarillo). O al menos, así se indica desde la rumorología futbolística y
algunos medios ilicitanos.
Y es que la Directiva ilicitana, parece andar algo nerviosa últimamente
por el devenir de los acontecimientos, y la escasa reacción del equipo,
unidos a otros factores de desunión ya comentados en su día, entre
cuerpo técnico y presidente.
Además, Bordalás ya no cuenta con su escudo protector del pasado, Juan
Carlos Ramírez, quedando más desprotegido en este tipo de situaciones,
teniendo en cuenta también, que no ha sido un técnico que halla llegado a
raíz del actual presidente.
José Sepulcre, presidente ilicitano, y caracterizado habitualmente por
la mesura de sus manifestaciones, llegó a afirmar al término del partido
en los micrófonos, "que la segunda parte había sido de vergüenza",
haciendo referencia al pasado partido.
El desencadenante de la actual situación, fue una nueva tarde
"horribilis" del conjunto ilicitano, en esta ocasión ante un conjunto
débil y que aspira a la permanencia como el Huesca, que con lo justo, se
llevó los tres puntos del Martínez Valero, de la mano de un Quique
Hernández, que siempre tiene bien estudiado al conjunto franjiverde. Y
eso que, el conjunto de los dos patrimonios, se puso por delante en el
marcador. Y ni por esas.
El Elche, sumaba ya, su cuarta derrota consecutiva en casa, y dejaba
escapar una oportunidad única, para volverse a enganchar a la zona de
los playoffs (que ahora se sitúa a cuatro puntos).
Parece que este Elche se derrumba, que se viene perdiendo toda esa
intensidad que caracterizó a este equipo, parece que el efecto y la
llama de energía que imprimió Bordalás, se viene consumiendo desde hace
mucho.
Este Elche no reacciona, y aunque todavía mantiene todas las opciones de
entrar en playoffs, de seguir por la misma línea, habrá un momento en
que sea imposible. El margen de reacción se acorta cada día más.
La previa del partido, quedó salpicada por la sorprendente ausencia de
Ángel, que quedó fuera de la convocatoria, trastocando todos los planes
ofensivos (sólo se cuenta con dos delanteros en la actualidad), por su
tardanza a la hora de llegar a la concentración previa al partido
(alrededor de unos 40 minutos).
En el día de hoy, hemos sabido más. Y es que el jugador tinerfeño,
decepcionó a propios y a extraños, planeando un examen sin el permiso
del club (para sacarse el carné de patrón de embarcaciones de recreo),
el mismo día de partido, y en la sede de Valencia.
El jugador, ofrecerá sus explicaciones en rueda de prensa, y será multado por el club ilicitano.
Por este motivo, se jugó con un sólo punta arriba, Nicki Bille, con
Generelo ejerciendo labores de mediapunta, y con el regreso de Cristóbal
(que volvió a mojar con el Elche) en banda izquierda.
Por su parte, Rúper volvió a saltar de inicio en el mediocentro, junto a
Mantecón. Y lo que le duró la gasolina al navarro, fue la que le duró
al propio equipo en el mediocampo y en el encuentro.
El resto del equipo, el esperado, con la novedad de Edu Albácar en el
lateral izquierdo, que reaparecía tras su lesión (tuvo que ser
sustituido en la segunda parte por Beranger, al no tener el mejor físico
todavía), y con Héctor Verdés en el eje de la zaga, sustituyendo al
sancionado Etxeita. Por tanto, Héctor Rodas, sigue esperando su
oportunidad.
Hubieron hasta cuatro novedades, respecto al último partido.
Los cambios fueron, aparte del mentado de Edu Albácar; Cristian y Jorge
Luque (que pagó el pato del mosqueo de la afición), por Cristóbal y
Generelo, respectivamente. Todos ellos, en la segunda parte.
Se quedaron fuera de la convocatoria, aparte de Ángel; Carpio y Palanca. El último, sigue recuperándose de su lesión muscular.
El Huesca, de Quique Hernández, acudía al Martínez Valero con 18
jugadores, por lo que el técnico oscense, fue con los justos. En todo
momento, el conjunto oscense, siendo consciente de lo mucho que se
jugaba, planteó un partido inteligente, anulando al Elche, y acumulando
una gran cantidad de hombres en el centro del campo, lo que hizo que el
partido fuera muy trabado. Para más inri, aprovecharía sus opciones, y
las materializaría, en las figuras de Tariq y Roberto, buenos
rematadores ambos.
Si alguien no nos dijera que se trataba de un partido de la Liga
Adelante, bien podríamos retrotraernos al pasado más gris, donde el
Elche competía en la categoría de bronce.
La primera parte, fue escasa en juego, como ya hemos comentado, con
ambos equipos manteniendo el orden sobre el campo, y sin tomar ningún
tipo de iniciativa ofensiva.
Sin embargo, el Elche iba a encontrar premio, con un gol de Cristóbal,
al rematar bien al segundo palo, sorprendiendo a Luis García, tras una
subida por banda derecha de Jordi Xumetra.
El madrileño, volvía a marcar, se volvió a asomar la mejor versión del
madrileño, aquella que vimos al término de la pasada temporada. Fue, sin
duda, la mejor noticia del partido.
Curiosamente, fue con el resultado a favor, y en la segunda parte, donde
el Elche más se volcó hacia la portería contraria, pagándolo muy caro.
Pues facilitó los espacios al rival, que ejecutó al Elche en dos jugadas
puntuales. Unos espacios entre líneas, que terminaron por desesperar al
graderío, sucumbiendo al Elche a una nueva derrota (1-2).
Errores impropios en el pasado, y de un aspirante al ascenso. Pero que
se dan, dada la actual dinámica en la que se ha visto inmerso el cuadro
franjiverde.
El gol de la victoria oscense, obra de Roberto, se produce nuevamente
por un mal despeje de Juan Carlos, entre otros defectos. Que volvía a
ofrecer en esa acción, su peor cara como guardameta.
El respetable, mostraba su hartazgo ante la actual situación, al término del partido, con una estruendosa "silbatina".
Bordalás, pedía disculpas nuevamente en la rueda de prensa postpartido a
la afición franjiverde, pero ésta, quiere que se hable sobre el campo,
de una santa vez.
Enviado por M.Giménez©
Foto: Francisco Maciá©
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